¿Por qué no puedo simplemente ser yo? Al enfrentarse nuevamente a otra discusión en la cena familiar, Sam se molesta con la madre de Sam, quien simplemente no entiende que Sam ya no es la niña a la que le encantaba usar vestidos. Sam huye a un club nocturno. Allí, durante esa noche, en el espacio seguro del baño de mujeres, Sam se encuentra con las historias de otras mujeres. Algunos pasaron por delante del portero, mientras que otros no. Alguien está sentado indefenso en el cubículo cerrado, sin atreverse a salir. Dos mujeres se besan apasionadamente, protegidas de las miradas ajenas. Para todos ellos, esta noche en el club significa algo diferente, pero a todos los une el anhelo de un lugar seguro donde poder escapar de la vida por un momento.